Santander, 28 de octubre de 2025
La Mesa de la Bahía, el órgano de colaboración entre las administraciones para la gestión integral del estuario, se ha reunido hoy para analizar los resultados del ‘Estudio hidrodinámico del canal de navegación y del sistema de playas Somo-Loredo El Puntal’.
Este informe, encargado por la Autoridad Portuaria de Santander (APS) a la Fundación Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria (IHCantabria), ofrece una perspectiva actualizada sobre la evolución morfodinámica del estuario, revisando previsiones anteriores que se basaban en datos de hace más de 30 años.
La principal conclusión de este nuevo estudio es que el sistema de playas y el canal de navegación se encuentran actualmente en una situación de “equilibrio dinámico". Para llegar a este resultado, ha sido clave la nueva campaña de recopilación de datos financiada por la APS, que ha incluido levantamientos topo-batimétricos de alta resolución para mapear con precisión la forma de la costa y el fondo marino, una detallada caracterización de los fondos para identificar los diferentes hábitats y el uso de sofisticados modelos numéricos para cuantificar los procesos litorales
Esta nueva base de conocimiento ha permitido cuantificar con precisión la realidad actual del estuario. Los datos demuestran que las tasas de erosión en las playas de Somo y Loredo se han reducido considerablemente. En el periodo 1960-1990 se registraban retrocesos de 1,7 metros al año en Loredo y 1,5 m/año en Somo. En cambio, los nuevos datos reflejan que, en el período 2016-2024, se produjo una reducción de esa tasa hasta los 0,50 m/año y 0,20 m/año, respectivamente.
De forma paralela, la investigación certifica que la progradación de Punta Rabiosa (el avance de la flecha de El Puntal), que históricamente avanzaba a un ritmo de más de 10 metros al año, se ha reducido entre 2016 y 2024 a una tasa prácticamente nula (0,20 m/año).
Esta estabilización es el resultado directo de la política de gestión de dragados y vertidos implementada a partir de los años 90, que se basó en el conocimiento científico. El sistema está alcanzando por tanto un equilibrio morfodinámico estable gracias a la gestión actual, pero al tratarse de una zona costera baja es altamente sensible a los nuevos retos climáticos.
Actualmente, el desafío más significativo al que se enfrenta la Bahía es la subida del nivel del mar. Este ascenso puede provocar un retroceso de la línea de costa y aumentar la frecuencia e intensidad de los eventos de inundación y rebase del oleaje, incrementando la vulnerabilidad de las infraestructuras y los ecosistemas dunares.
Por ello, la estabilidad actual debe ser la base para implementar medidas proactivas de adaptación al cambio climático. El estudio realizado recoge un conjunto de medidas propuestas para mantener el equilibrio actual y garantizar la sostenibilidad de la Bahía a largo plazo. Las principales acciones que recoge el informe son:
● Recuperación de zonas inundables: se propone la restauración de 224 hectáreas de marismas en las rías de Boo y Cubas. Esta medida, un claro ejemplo de "solución basada en la naturaleza", implica reconectar antiguos espacios mareales al flujo del estuario. La restauración tiene un doble beneficio: ecológico, al recuperar un hábitat de marisma vital para la biodiversidad (zona de cría y alimentación); e hidrodinámico. Al aumentar la superficie inundable, se incrementa el prisma mareal (el volumen total de agua que entra y sale con la marea). Un mayor prisma mareal genera corrientes de vaciante más potentes, lo que mejoraría la capacidad de autolimpieza de los canales interiores, contribuyendo a frenar su aterramiento.
● Dragado del canal secundario: se plantea un dragado de mantenimiento en el canal de Pedreña. El objetivo es recuperar su operatividad, que se ha visto gravemente mermada por la progresiva acumulación de sedimentos finos. Esta colmatación, que el estudio cuantifica en una pérdida de calado de hasta el 30% en los últimos años, compromete la navegación segura, especialmente en bajamar. La intervención mejoraría de forma directa la conectividad interior, garantizando la viabilidad de servicios clave como el transporte de pasajeros a Pedreña y Somo y el acceso a las instalaciones náuticas.
● La realimentación estratégica del sistema de playas: por otro lado, y con el objetivo de compensar el efecto del cambio climático, se propone una aportación de 4 millones de metros cúbicos de arena procedente de yacimientos externos identificados en la plataforma continental, como los situados frente a los acantilados al norte de Santander o en las proximidades de cabo de Ajo, cuya viabilidad y características son compatibles con la arena nativa. La alternativa más favorable consiste en aportar este volumen de forma progresiva (150.000 m³ anuales durante 27 años), vertiéndolos en la misma zona sumergida actual.
“Mantener una navegabilidad óptima en el canal que garantice el máximo calado posible es vital para el acceso de los buques a los muelles y el correcto funcionamiento de las operaciones portuarias, pero, al mismo tiempo, somos conscientes de que nuestro papel en el futuro del estuario es crucial”, ha explicado el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, César Díaz. “Por eso, vamos a seguir trabajando en consonancia con las recomendaciones de IHCantabria para mantener el equilibrio actual de la Bahía a largo plazo y, antes de final de año, vamos a iniciar una campaña anual, durante los cinco próximos ejercicios, de dragado del canal de navegación desde Punta Rabiosa a Somo para mejorar su operatividad, sobre todo en las bajamares vivas”.
“Por primera vez en más de dos décadas, contamos con una base de datos completa y actualizada que nos permite confirmar que el sistema ha alcanzado un equilibrio”, ha destacado Raúl Medina, director general de IHCantabria y coautor del estudio. “No obstante, esta estabilidad es el punto de partida, no la meta. Aquí es donde el Plan Bahía se vuelve fundamental, ya que es la herramienta vertebradora que garantiza que la toma de decisiones sea coordinada. El futuro del estuario depende de que todas las administraciones actúen de forma conjunta, y este Plan es el marco que nos permitirá definir la siguiente fase de actuaciones de manera consensuada”.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Santander reafirmó su compromiso con la sostenibilidad del estuario: “Desde la APS seguiremos haciendo todo lo que esté en nuestra mano para compatibilizar nuestra responsabilidad como cabeza tractora de la industria de Cantabria con la generación del 14% del PIB y el 11% del empleo de la región, con el máximo respeto a la conservación de la Bahía”.
El próximo paso del Plan Bahía
El Estudio Hidrodinámico encargado por el Puerto de Santander se enmarca en los avances de la Mesa de la Bahía. Este foro aglutina a todas las administraciones con competencias en la gestión del estuario y a la Universidad de Cantabria. Su principal objetivo es impulsar la Gestión Integrada de Zonas Costeras en el estuario a través de Plan Bahía, el proyecto estratégico impulsado por la Mesa para definir un modelo de gestión consensuado.
El objetivo final del Estudio Hidrodinámico presentado hoy, la definición de una propuesta de gestión sostenible de los canales de navegación del Puerto de Santander, está perfectamente alineado con los objetivos del Plan Bahía (abreviatura de Plan de Gestión Integrada de la Bahía de Santander). Y las medidas propuestas en el documento responden directamente a tres de las diez problemáticas identificadas en la Fase de Diagnóstico del Plan: la erosión de playas y el alargamiento de El Puntal, la pérdida de calado en el interior de la Bahía y la recuperación de zonas marítimas previamente rellenadas en el estuario.
Las conclusiones del Estudio Hidrodinámico se integrarán ahora en el conjunto de medidas propuestas en el Plan Bahía, donde se dará respuesta a las diez problemáticas identificadas en el estuario, y cuyas conclusiones finales se presentarán en los próximos meses